miércoles, abril 21, 2010
Introducción al anecdotario de Valparaíso
Han pasado dos años desde la última vez que me largué a escribir en este espacio virtual, y nuevamente me encuentro en un puerto, esta vez un puerto de océano, que en su tiempo fue una articulación del mundo. En el posteo anterior, dos años atrás, me encontraba en un puerto de mar, al otro lado del mundo, el mediterráneo, otra gran articulación del planeta. Ahora también vivo en una proa y de noche las luces de los barcos se confunden con las pequeñas casas alumbradas de los cerros y con las estrellas. Se podría decir que de noche vivo en un gran cielo abierto. Y de día vivo en un lugar lleno de historias. Este lugar da cabida a lo inesperado, a las coincidencias extrañas, probablemente porque sus habitantes viven en un tiempo más propio, incluyéndome. Cuando dos seres desconocidos, que manejan su propio tiempo, se encuentran en la calle, es más probable que nazca una anécdota, que haya un intercambio de historias. Y es ese intercambio, junto con otros escritos y proyectos personales, los que comenzarán a aparecer en esta nueva versión de cascabelita. Al llegar a este lugar, me imaginé escribiendo, a través de esta ventana al oceáno pacífico y a mis pensamientos a ratos no tan pacíficos. Pero una cosa es la visión romántica de verse escribiendo en un puerto, y otra es la de realmente hacerlo. Ya veremos qué sale de todo esto...
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