miércoles, abril 05, 2006

Indiferencia

Tengo cita en una ciudad. Voy atrasada, corro al encuentro de ella y ésta me espera indiferente como una puta cara y preciosa parada en una esquina esperando encontrar al cliente que le de más. Me paseo a su lado, la miro de reojo e intento conquistarla, pero su mirada parece atravesarme como si yo fuera un fantasma de otro mundo. Después de algunas horas, decido sentarme en la vereda, encender un cigarro y comprender que no podré tenerla, ni por todo el dinero del mundo. Entonces en la vereda, desde el otro lado veo a una como yo, esperando a alguien. No me acerco, pero ésta sí me ve, y fija su mirada en mí. Entonces comprendo que quien creía me esperaba no era esa puta cara, sino esa niña curtida de la vereda. Esa niña que es como yo, pero desde el otro lado.

No hay comentarios.: